Los bananeros de la primera hora sabrán que amo a este hombre desde que era un crío y todos se burlaban de mí llamándome pedófilo, juas. Hace mucho que no lo invitábamos a BANANAS y hoy hay importantes razones para hacerlo. Pasen y vean.
Tom Daley nació en Plymouth, Inglaterra, el 21 de mayo de 1994, cuando yo apenas tenía ocho años de edad. De modo que, a pesar de que me haga muy feliz su propia felicidad junto a Dustin Lance Black, jamás le perdonaré que no me haya elegido a mí como consorte. Mis maridos me secundan en la protesta.
Mi admiración por él tiene casi tantos años como este blog. Sigo su carrera desde sus inicios, en 2007, y desde entonces no me he perdido uno solo de sus logros. De hecho, incluso, en BANANAS ya asegurábamos que el chicuelo gustaba más de los embutidos que de los mariscos desde mucho antes de su salida del armario oficial, en 2013, cuando aun no cumplía los diecinueve años.
Cuando cumplió los dieciocho, Tom publicó "My Story", el primero de sus tres libros (el que desde entonces publicito desde el enlace que aparece en la columna derecha de esta página). Como fan suyo que soy, me apresuré a comprarlo, en una época en la cual todavía no era tan sencillo hacer comprar en línea y aun más si eran ediciones internacionales, ya que la obra tardó mucho tiempo en llegar a la Argentina y (que yo sepa) nunca se editó en castellano.
En ese momento (mediados de 2012), Tom acababa de ganar su primera medalla (la de bronce) en los Juegos Olímpicos de Londres, representando al Reino Unido, pero ya era una celebridad del mundo de los deportes, con varios campeonatos en su haber desde 2005.
Obvio que la fama y la notoriedad no le fueron esquivas en ningún momento. Desde siempre he sostenido en este blog la certeza de lo poco agraciados que suelen ser los británicos y, en consonancia, sigo tratando de resaltar la existencia de los pocos que rompen esa regla, juas. Tom es, ¡sin ninguna duda!, uno de los tipos más hermosos, ya no solo del Reino Unido sino del mundo. Y está más que claro que no soy el único que lo ve de esa manera. Y a su belleza debemos sumar inteligencia y sensibilidad, lo que no es poco.
No obstante, mi amor y mi admiración por él no me ciegan ante algunos aspectos que (para mí) son negativos en su continua exposición mediática. En alguna oportunidad lo he comentado en versiones ya desaparecidas de nuestro sitio. Por un lado, la misma exposición mediática a la que hago referencia, que durante mucho tiempo pareció ganar terreno frente a sus anhelos deportivos. Uno de sus entrenadores y uno de sus compañeros de salto se lo recriminaron públicamente, acusándolo de estar más interesado en la fama que en el oro olímpico. Claro está que yo no hubiera sido tan duro. Tom era por ese entonces solo un adolescente ante cuya belleza y simpatía se abrían todos los accesos al show bussines, la gran máquina picadora de carne del mundo actual. A cualquiera, en su lugar, le hubiera sucedido lo mismo. Incluso es de sospechar una parte de envidia no tan sana en las críticas que recibió en ese tiempo.
Como pueden ver, Tom ha dedicado buena parte de su exposición mediática a la deconstrucción de la imagen masculina. |
Tom y su madre. |
Obviamente que, en su carácter de personaje público, muy famoso en su país y en Europa a raíz de su repercusión como youtuber (hecho que le permitió conducir incluso un reality show en la televisión británica), muchas de sus apariciones "pecaron" de la frivolidad propia de ese tipo de productos mediáticos. En muchos aspectos de su vida se siguen notando (siempre según mi criterio) esos detalles frívolos que deslucen en cierto modo su innegable empatía hacia causas más altruistas.
Esta fotografía es alucinante. |
Pero aunque parezca que le estoy pegando palos, no es así en absoluto. Solo intento ser fiel conmigo mismo y, al mismo tiempo, sostener mi amor y admiración por un hombre (porque a pesar de seguir con su carita de niño, ya tiene veintisiete años, está casado, es padre de un bebé y es un hombre con todas las letras) sin idealizarlo y (¡muy por el contrario!) sin despojarlo de la humanidad que lo enaltece. Que al fin y al cabo el hombre perfecto no existe, pero sí existen los hombres con buena entraña que son capaces de ser mejores personas.
Porque de buena gente Tom Daley también tiene mucho. Y lo viene demostrando desde hace tiempo... Y hace menos de una semana, el pasado lunes 26 de julio, después de haber participado en tres Juegos Olímpicos en los que el oro le fue esquivo, no solo fue capaz de alcanzar uno de sus sueños más preciados, sino también de poner en claro ante el mundo quién es y de qué está hecho.
Se preparó durante la mitad de su vida para ganar el oro olímpico y finalmente lo logró muy merecidamente, en una impecable presentación junto a su compañero Matty Lee, en la plataforma de 10 metros sincronizada.
A pesar de su reconocida militancia en favor de los derechos de la diversidad sexual, quizá nadie esperaba que este fuera algo más que un triunfo personal. Y sin embargo, en sus primeras declaraciones luego del suceso, declaró ante los medios:
“Estoy increíblemente orgulloso de poder decir que soy un hombre gay y también un campeón olímpico, Me siento muy empoderado con eso. Salí del armario en diciembre del 2013, siempre sentí que estaba solo, que era diferente y que no encajaba. Había algo en mí que no iba a ser tan bueno como la sociedad quería. Esto demuestra que puedes conseguir lo que te propongas”.
Por supuesto que, de inmediato, surgieron las voces críticas, las mismas de siempre, las que aun desde dentro de la comunidad LGBTIQ+ sostienen que la homosexualidad no es algo que deba mencionarse en voz alta.
Soy de los que han perdido la esperanza en esas personas que jamás tomarán conciencia del horrendo crimen que cometen cuando defienden (por acción o por omisión) la subsistencia de todo tipo de acoso, violencia o discriminación. Pero creo firmemente en tipos como Tom Daley que, humanamente, no olvidan quiénes son ni de dónde vienen y lo dicen en el momento indicado, con las palabras justas.
Este tipo de declaraciones públicas puede servir de puntal a muchas otras personas que, a punto de rendirse, encuentran un nuevo impulso para enfrentar al acoso y la discriminación que también son públicas. Públicas e impunes, a fuerza de haber sido naturalizadas a lo largo de siglos marcados por la ignorancia, el odio y el miedo a lo diferente.
Este es un blog que generalmente abreva en la frivolidad y en muchas ocasiones hemos implorado el hallazgo de alguna imagen que nos mostrara esa escueta franja de su anatomía que él siempre insinúa pero a la vez oculta celosamente. Sin embargo, hoy me conformo con esta imagen final, que lo muestra íntimamente desnudo, como ninguna otra podría hacerlo.
================================================
No queremos , sin embargo, terminar esta publicación con lágrimas. Por eso rescatamos un video en el que podremos ver a Tom, hace un par de años, en una situación más divertida y en el que tendremos el placer de escucharlo hablar en español. ¡No se lo pierdan!
Riley Finch is rinsing a fun filled, sunny day at the beach off in the shower when Levi Rhodes walks in.
ResponderBorrarHelix Studio
Es una lástima que aún tengamos que defender a los deportistas que han tenido la valentía de declararse miembros de uno de los colectivos LGTBI, porque desgraciadamente aún es noticia que un deportista de élite se declare LTGBI. Aún no ha pasado un mes desde que Josh Cavallo, futbolista australiano apareció en todos los medios de mi país por haberlo hecho... Aún nos falta mucho por cambiar.
ResponderBorrarUn abrazo
Es cierto que aun falta mucho, pero también que falta un poquito menos que antes.
Borrar