Chicos trabajando

Dado el rutilante éxito alcanzado con nuestra última publicación (Dulce intercambio), hoy traemos de nuevo al flacucho vergón que hizo babear a tantos. Esta vez, con un rubiecito que los va a poner en duda si pretenden elegir cuál de los dos los calienta más. Pasen y vean.

Los protagonistas de hoy son nuestro ya conocido Carter Blane (el degaducho tan bien armado que nos gustó tanto a todos) y el rubiecito mamón que se hace llamar Kodi y que es, además, uno de los más taquilleros modelos de la productora Broke Straight Boys en toda su historia.

Como sucede habitualmente, los chicos se juran heterosexuales y, consultados acerca de la razón de su presencia en el set de filmación, Carter no duda en responder: "Trabajo". Y agrega que "las facturas nunca se terminan".

A Kodi le sucede algo similar. "Las facturas dan asco" asegura.

No seremos nosotros los que les llevemos la contra. Sobre todo en estos tiempos de ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio), en que los ingresos menguan pero no así los gastos.

Claro que no es la situación de estos dos mozalbetes que (en 2012, cuando fue filmada la presente escena) no tenían todavía idea sobre la posibilidad de que el mundo entero fuera acosado por una peste virulenta como el COVID-19.

Sin embargo, fuera o no cierto que sus motivaciones estaban ligadas a sus deudas, ambos chicos son ante todo profesionales y, a la hora de trabajar, hacían gala de sus grandes talentos. Enormes en cierto caso, juas.

Como profesionales que son, se quitan la ropa en un santiamén y, sin darnos tiempo a disfrutar lo suficiente de sus cuerpos desnudos, ya nos muestran dos erecciones dignas de una oda. Kodi realiza el primer acercamiento, llevando sus labios hasta la pija de Carter. Carter gime con el mero roce de su glande y eso alienta a Kodi para intentar comerle la pija hasta la base. Sin embargo, al menos en esta oportunidad, le falla la garganta profunda y debe limitarse a comerla hasta donde le es humanamente posible. No obstante, se empeña en lamer la herramienta con verdadera dedicación, la sacude y la vuelve a lamer... y la observa atentamente, tal vez asombrado por su tamaño o tal vez preocupado por el perjuicio anal que está por recibir, jajaja.

Pero Carter también quiere chupar. La verga de Kodi no es tan grande pero igual tiene buenas proporciones. Es decir que Carter logra tragarla entera pero de todos modos se ahoga y los colores se le suben a la cara. Los pies de Kodi son elocuentes a la hora de manifestar su gusto. Primero cuando su compañero le hace la mamada de su vida y, luego, cuando su verga lo penetra. Porque (justo es decirlo) en esta escena no hay ida y vuelta como en la pasada, pero la tremenda cogida que Carter le da recompensa la falta de intercambio.

Por la boca, Kodi no pudo comerse entera la pija de Carter, pero por el culo la cosa cambia. El delgaducho se la mete a fondo y el rubio grita. ¿Dolor? ¿Placer? ¿Quién sabe? Seguramente una mezcla de ambos. Pero el trabajo de Carter no se detiene ni Kodi da señales de querer que se detenga.

Cambian las posiciones pero el sexo entre ambos siempre va hasta el fondo. Y los pies de Kodi (tan hermosos como los de Carter) dan cuenta de cada una de sus sensaciones.

Todo termina como es de esperar y es muy probable que ustedes acaben antes que ellos.

Kodi tiene la delicadeza de limpiar la verga del flacucho con su boca. No se le escapa ni una sola gota de leche. Y al terminar su tarea levanta la mirada como si esperara un beso como recompensa. Y es aquí cuando Carter se comporta como uno de esos machos a los que la atención se les diluye con la última gota de semen. Nunca se da cuenta del gesto afectivo de su acompañante. ¡Mal por Carter! La tarea hecha por Kodi merece mucho más que un beso.

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