Seguimos con los desayunos y los garches matutinos 🤣🤣🤣🤣
Los chicos de las nuevas generaciones de STAXUS nos tienen verdaderamente extasiados. Es cierto que, históricamente, los responsables de la productora checa han sido siempre muy cuidadosos a la hora de seleccionar al personal, pero de un tiempo a esta parte han tenido el buen tino de expandir sus territorios de búsqueda y han logrado incorporar a sus filas a chicos hermosísimos de distintas regiones del orbe.
Los protagonistas de hoy dan sobrada prueba de ello.
Uno de ellos es el francesito Gabriel Parker, al que vimos recientemente detonándo al no menos hermoso Ares Reiv en Lavacoches, publicación que rápidamente ingresó a nuestro Top Ten y todavía se mantiene allí, entre las más populares de nuestro blog. En esta oportunidad, asume el rol del bebote que despierta junto a su amado y ambos llevan adelante una escena muy romántica y llena de pasión, que no va a estar exenta de sorpresas, jeje.
Su amante llega a BANANAS por primera vez y es nada menos que Liam Holland, un bebote holandés que viene trabajando duro y parejo en la productora y al que veremos bastante seguido en estas páginas en los próximos tiempos. En la escena de hoy, hace el papel del enamorado que se despierta junto a su amado y tiene la delicadeza de despertarlo con un café caliente, antes de iniciar el escarceo tras el cual ambos se darán y se recibirán, para pleno goce de los que solemos preferir esos encuentros de «ida y vuelta».
La escena es bastante reciente, ya que fue estrenada hace exactamente un año (coincidencia de la que no habíamos sido concientes hasta este mismo momento en que se redactan estas líneas, jeje) y es la primera parte de una serie que la gente de STAXUS ha desarrollado con temática similar, poniendo en escena a lo más destacado de su nuevo plantel de bebotes calientes.
Como curiosidad, comentaré que el título que elegimos trata de ser una traducción muy libre del original. En inglés, el verbo to pound (entre otras acepciones) significa golpear, aporrear, machacar o dar una paliza y suele usarse también, coloquialmente, en el sentido de coger con violencia.
Lo que nos resulta curioso es el hecho de que, en los últimos tiempos, los adolescentes argentinos (y tal vez también los de otras regiones de Latinoamérica) suelen usar el verbo detonar, con el mismo sentido. Suelo escucharlo con ese significado en las conversaciones de las discotecas y, por supuesto, entre mis propios alumnos de la escuela. También algún chico que nos ha visitado lo ha usado de ese modo.
Y ese uso se está haciendo muy popular (al menos en Buenos Aires), al punto que ya está "detonando" la furia purista de los que pretenden que el idioma no sufra alteraciones ni se "bastardice", sea lo que sea que signifique eso, jeje. A la hora de oponerse, siempre habrá un roto para un descosido y nunca faltará quien defienda la "puresa" de la lengua.
Pero esto no tiene relación con la escena de Gabriel y Liam, en la que no hay disputas y mucho menos malos entendidos lingüísticos. Eso sí, en un punto sí quiero resaltar mi apego a las costumbres más conservadoras y declarar que no soy partidario de mezclar el café con el semen. Ambos me encantan y suelo ingerirlos en cantidades industriales, bien calientes, recién elaborados pero por separado. Cada quien haga lo que se le cante pero, para mí, mezclarlos es arruinar el café y arruinar la leche, jejeje.
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