Majos - 2da parte

La Maja Desnuda es una de las más célebres pinturas del artista español Francisco de Goya. Pero en BANANAS celebramos otra clase de desnudeces y aquí les presentamos nuestra segunda colección de Majos preferidos.

En la primera entrega, hablamos suscintamente de la que durante décadas fue señalada como la mujer que sirvió a Goya como modelo para pintar su archifamosa "Maja Desnuda". Se trataba de "La Cayetana", la decimotercera Duquesa de Alba. De ella dijimos que pertenecía a la más encumbrada nobleza y que su poder rivalizaba incluso con el de la mismísima reina, Doña María Luisa de Parma. Los cotilleos de la época son lo más interesante de esta historia. Por ejemplo, se dice que, en cierta ocasión, la reina había contratado los servicios de un renombrado modisto francés y le había encargado un vestido muy especial para una gala. Enterada de ello, La Cayetana invirtió una fortuna para vestir a sus criadas con el mismo diseño en una recepción que ofreció en su palacio, con el solo propósito de ridiculizar a la esposa del rey.

Sin dudas, la Duquesa de Alba es un personaje con el que congeniamos ampliamente. Pero hoy se sabe que no fue la modelo que posó para Goya en su famoso cuadro. Las sospechas se sucedieron desde mucho tiempo antes y se basaban en las profundas diferencias faciales entre el rostro de la Maja y el representado en los retratos de la duquesa. Pero a mediados del siglo pasado, uno de sus descendientes hizo exhumar sus restos a fin de terminar con la leyenda. Así se descubrió que la Duquesa tenía una escoliosis muy pronunciada que no se condice con la figura de la pintura cuestionada. Además se constató que la duquesa no podía tener el canal intermamario (la separación entre las tetas) tan ancho como lo muestra la obra de Goya. Finalmente, se descubrió que La Cayetana era una mujer esbelta y alta, no como la mujer representada por el artista, que presenta una notoria desproporción entre la longitud de su torso y la de sus piernas, que son muy cortas. Muy por el contrario, Doña Cayetana tenía piernas largas; tanto que, después de muerta, sus pies debieron ser mutilados porque no entraban dentro del ataúd. Cosas que se hacían en aquellas épocas.

La verdadera modelo fue la por entonces amante de Manuel Godoy, el hombre más influyente políticamente durante el reinado de Carlos IV y primer propietario de la dichosa pintura. El nombre de la susodicha era Josefa Tudó, pero se la conocía preferentemente con el apodo de Pepita.

Y Pepita Tudó también tuvo su historia. No solo era la amante de Godoy y se presentaba con él y con su esposa legítima en las galas reales, sino que se hizo otorgar títulos nobiliarios y terminó casándose con Don Manuel, cuando éste enviudó. Así fue como La Tudó tuvo una vida bastante acomodada y murió a los 90 años, víctima de las quemaduras producidas por un brasero que prendió fuego a su ropa por accidente.

Pero ya basta de historias. Este es un blog de cachondeo masculino y justo es que pasemos de lleno a los MAJOS de hoy, que contrariamente a las protagonistas mencionadas, no presentan deformación alguna en sus anatomías.

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

Si ves algún enlace caído, avisanos para poder reponerlo. Gracias.