Tiempo atrás tuve un cliente al que los hombres le gustaban por partes y, rememorando algunas cosas de las que me hablaba, armé esta colección que, seguramente, no los va a dejar indiferentes.
"Me gustan los hombres", decía mi cliente, "pero me atrevería a asegurar que no hubo jamás alguno que me gustara por completo".
De algunos le gustaban los pies. De otros, el pene. De la mayoría, los culos. A veces le gustaba el torso, o las manos, los muslos, la espalda, "o esos pliegues tan bonitos que se les forma en el vientre a los chicos jóvenes que no tienen panza".
Era un hombre excéntrico (que es el modo en que debemos referirnos a tipos tontamente caprichosos pero que tienen plata).
De mí habría de gustarle mi culo, por el modo en que rebuznaba mientras me cogía.
Lo que no le gustaba de los hombres ("de ningún hombre") era el rostro. Y no es que él fuera feo. Pero solía decir que el rostro masculino, cuando es verdaderamente masculino, le resulta tosco y poco armónico. Y cuando un hombre tiene rostro de niña, "está desubicado, está en un sitio donde no debería".
Como verán, le gustaba hablar. Pero no que le hablaran (al menos no que YO le hablara). De hecho, me pagaba un plus por cerrar la boca. Y como él era el cliente, el que ponía esas condiciones, yo llegaba a su casa y, mientras él parloteaba, me quitaba la ropa, me echaba en la cama y me dejaba manosear y penetrar en el más absoluto silencio. El dinero siempre estaba sobre la mesita de luz y, cuando él hacía alusión a su agotamiento, era el momento de volver a vestirme y de la despedida.
Yo, en cambio, soy menos quisquilloso. A mí de todos los hombres suele gustarme algo. Hay algunos que, por supuesto, son por demás desagradables, pero esos no entran dentro de mi cuenta. Ahora, reconozco que, si me concentro en la parte que me gusta y me abstengo de lo demás, el gusto se incrementa. Aunque el placer tampoco debe centrarse en lo visual. Los olores también suman. En particular, a mí me fascina el olor a bolas. De bolas limpias, se entiende. Tanto que, cuando chupo alguna verga, paso bastante tiempo restregando la nariz en el escroto.
Manías que una tiene.
Si ves algún enlace caído, avisanos para poder reponerlo. Gracias.
¡Aquí hombres de todos los ángulos!
ResponderBorrar¡Amo la belleza masculina en todas sus formas y esta publicación es una fiesta para mí!
¡Una fiesta para todos!
BorrarMi marida se ha lucido con la selección.
Mis felicitaciones Sony !!! Un trabajo espectacular. Desde luego, con esta variedad de poses erotico-anatomicas nadie podra pasar por esta colección, sin encontrar esa imagen inspiradora con la que articular sus más lubricas fantasias.
ResponderBorrarBesitossss !!!!
Sin duda me gusta el cuerpo humano y en especial el de los hombres. No tengo manías, me lo como todo... Jajajajaja!
ResponderBorrarGracias Sony.
Un abrazo.