Logan y Billy: ¿Una historia de amor?

Cumpliendo con lo prometido en el día de ayer, hoy les voy a contar de manera más detallada esta bella historia entre dos de los chicos más hermosos y fogosos que haya pasado por un set de porno gay. Pasen, vean, lean y háganse la película.

Como ya les contara, Logan Milano era un bello mozalbete que se había pasado toda la adolescencia intentando demostrar al mundo que le iban las mujeres, de acuerdo con la tradicional heteronorma que rige en casi todo el mundo pero muy acentuadamente en las pequeñas poblaciones del oeste norteamericano. Obviamente, con ese físico y esa carita (ya hasta lo imagino un tipo amable, simpático y sensible), no había fémina que se le resistiera, por lo cual su fama de macho no tenía fisuras. Sin embargo, mientras estaba en la cama con una mina, el muchachote soñaba con el cuerpo firme y fibroso de los atletas de su escuela. Pero todos nosotros sabemos que este tipo de deseos no pueden ser reprimidos por siempre. En algún momento pujan por salir a la superficie y está en uno decidir si eso ha de representar un conflicto o una liberación. Para Logan, el momento crítico llegó cuando fue rechazado para las becas universitarias que había solicitado y el futuro se presentó ante sus ojos como una página negra donde nada tenía sentido. Entonces fue que entró en escena Billy Taylor.

Billy era, por ese tiempo, un jovencito alto y esbelto, estrella del equipo colegial de natación (ese cuerpo no miente, juas). Sospecho de todos modos que, si tuvo algún tipo de experiencia con mujeres, fue algo pasajero o rutinario (presunciones de mi parte, en todo caso, porque no lo sé). Es que ante cámara puede mostrarse muy machote si lo desea (en el segundo de los videos que filmó para Randy Blue, junto a Justin Owen, puede apreciarse esto que digo), pero en la charla distendida (como se ve en el detrás de escena del video que hizo con Logan) se le cae alguna pluma. No parece ser el caso de Logan, que aparentemente tiene una actitud ciento por ciento masculina en todo momento. ¡Obvio que no es algo que me perturbe! (aclaro por si lee esto alguien que recién llega a nuestro blog y no sabe lo que pensamos al respecto en este blog). Muy por el contrario, para mí las mariconas tienen un atractivo adicional y vivo con dos que suelen quitarme el aliento (aunque a eces también las ganas de vivir jajajaja). En el caso de Billy (y siguiendo con ciertos prejuicios que no puedo dejar de mencionar), quizá tampoco sea casual que se destacara en natación y no en los deportes más rudos, como el hockey o el fútbol americano, como era el caso de Logan.

Ahora, fíjense cómo es la vida (que siempre nos da sorpresas y nos zamarrea los preconceptos), que el chico delicado, el que en apariencias podía suponerse el más frágil, era en realidad el más consciente de sus deseos, de sus necesidades y de sus propósitos, así como del modo de satisfacerlos.

Como ya dije ayer, Billy es un año menor que Logan; de modo que, cuando éste sufrió esa crisis existencial en su último año de preparatoria, podría suponerse que él era más inmaduro e inexperto. Sin embargo, tuvo la iniciativa y el coraje de guiar a su amigo y de mostrarle el camino, además, hacia su genuina sexualidad. Y aquí hay otro prejuicio que se derrumba, porque el más delicadito de los dos es ¡irremediablemente activo! jajajajajaja. Con lo cual cae por su propio peso que el machote Logan, el cogedor de todas las minitas de la escuela, debutó con otro chico entregando el culo jajajajaja. ¡Pero bien por él! "Con la verdad no ofendo ni temo" reza el dicho popular.

Fue Billy el que le enseñó a Logan a disfrutar del sexo como él realmente lo deseaba. Fue Billy el que lo ayudó a enfrentar a sus fantasmas, el que le tendió la mano cuando estaba en el fondo del pozo y el que le demostró que, aun en medio de la más profunda oscuridad, cada quien tiene el mágico poder de encender su propia luz. Poéticas aparte, ¡vamos!, fue Billy el que le abrió los ojos y el ojete con esa varita maravillosa que lleva entre las piernas jajajajaja. ¡Quién pudiera...! jajajajaja.

En esta imagen pueden compararse ambas pijas
y no queda duda de cuál de las dos gana jajajaja

Gracias a Billy, Logan levantó cabeza y se dispuso a desafiar ese futuro decadente de chico pueblerino que le esperaba. Al día siguiente a su fiesta de graduación (a la que imagino que no tuvo todavía el coraje de asistir en pareja con su nuevo amigo íntimo, como hubiera sucedido en una película de Disney), hizo sus petates y se marchó a la ciudad. Por fortuna, los medios tecnológicos de la modernidad le permitieron seguir en contacto estrecho con su amigo y amante y, cuando llegó el momento, supo retribuir favores, como corresponde a toda persona de bien.

En California, no le fue difícil a Logan salir a flote, económicamente hablando, como entrenador personal, haciendo uso de su gran experiencia deportiva de la secundaria. Algo me dice que sus servicios incluían también una tarifa especial por entrenamientos de carácter más íntimo, jeje, lo cual estaría perfecto pues el muchacho tenía que sacar provecho de todas sus potencialidades. El camino hacia la independencia económica suele ser arduo y doloroso (y en este caso, esto último dependía del calibre del cliente jajajajaja).

El asunto es que, cuando Logan tuvo oportunidad de presentarse ante los productores de Randy Blue. no se olvidó de Billy, que para esa época no solo ya se había graduado sino que había conseguido lo que Logan no: su beca en la Universidad de California.

Con sus tiernos diecinueve años, Logan fue contratado de inmediato e hizo los contactos pertinentes para que los productores conocieran también a Billy, quien también fue contratado sin dudar.

Lo curioso fue que, aun cuando su contratación fue posterior a la de Logan, otra vez Billy le saca ventaja y filma su primera escena (un solo) el 2 de diciembre de 2014. El solo de Logan llegará recién el día 16 de ese mismo mes, con esa maravillosa escena en la que es fotografiado desnudo en su cama y sirve como pretexto para la escena siguiente junto a Chad Karzen. A esas alturas, Billy ya había filmado su segunda escena, junto a Justin Owen, la cual recargaremos en estos días porque es otra pequeña maravilla.

Lo importante en esta historia es que, una vez reunidos en Los Ángeles, los dos amigos pudieron reanudar su relación y así fue como sus incipientes carreras en el mundo pornográfico llegaron a un impasse, durante el cual sopesaron sus oportunidades y conveniencias. Como experiencia había sido muy interesante, pero ninguno de los dos se veía, en un futuro, como un Brent Everett o un Lukas Ridgeston, por decir algo.

Me permito imaginar que el ingreso de Billy en la universidad, con miras a desempeñar (tal como efectivamente sucedió) un rol destacado en el equipo de waterpolo, estuvo entre las variables a considerar a la hora de tomar decisiones. Y la decisión clave fue que ambos decidieron retirarse del negocio (lamentablemente para todos nosotros). Cuando comunicaron la novedad, ante la firmeza de la determinación, los productores de Randy Blue tuvieron una propuesta magistral: hacer una última escena con ambos.

La filmaron el 11 de febrero de 2015, días después de que Billy cumpliera los 19, y el director se limitó a sentarse en una silla y dejarlos hacer. No hubo indicaciones ni directivas. La única consigna fue: "Sean ustedes mismos y hagan lo que sientan".

El resultado fue la escena que publicamos ayer y que ya integra nuestra lista de preferidas.

Acerca de la vida de cada uno de los involucrados no sabemos nada más. Hoy ya deben tener 25 y 26 años... y el solo hecho de imaginarlos más maduros me genera taquicardia, jajajajaja.

Quien sabe algún día sepamos cómo continuó esta historia.

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