Arte en la piel

Hoy dejo esta colección por acá como un modo de cumplir con una fantasía. Y como somos democráticos, cada uno de nosontros va a dejar su opinión al respecto.

Fede: A mí los tatuajes me fascinan pero les tengo fobia a las agujas. Si no fuera por eso y porque, si lo hago, mis maridos se divorcian de mí, me tatuaría todo el cuerpo.

              

              

              

              

             

              

              

              

             

              

              

              

Sony: A mí la verdad que los tatuajes no me van ni me vienen. Algunos son bonitos y otros una reverenda cagada. Digamos la verdad. Igual nunca se me cruzó por la cabeza hacerme uno. ¡Pero tampoco la pavada, Fede! ¿Cubrirte todo el cuerpo de tinta? Tenés razón: ¡me divorcio! Aunque primero tendríamos que casarnos... ¡Iniciemos la campaña a favor de la Ley de Matrimonio Poliamoroso!

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

Thiago: Yo gusto de los tatuajes. Sobre todo de esos que se tatúan todo un brazo y de diferentes colores. Pero también opino que tatuarse todo el cuerpo es exagerado. Un poco sí. Demasiado no. 

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

Zekys: A ver, yo voy a desentrañar la verdadera interna que subyace detrás de esta publicación. Hace un par de días estábamos los cuatro viendo porno y, como suele suceder, terminamos garchando. Sony y Thiago se hacían un 69, mientras Fede y yo nos alternábamos en sus posaderas con sendas penetraciones. Fede le estaba dando a Thiago cuando en la pantalla del plasma aparece un musculoso todo tatuado con una verga de 20 centímetros bien parada (obvio que la medida es una estimación de mi parte). Al verlo, nuestro marido chongo perdió la compostura y empezó a cogerse a la nena con tanto ímpetu que Thiaguín no pudo refrenar los gemidos (él, que es siempre tan silencioso cuando se lo cogen).  Y estaba en eso cuando a Fede se le ocurre decir (señalando las ancas de Thiago y supongo que a modo de chanza):

- Tendrías que tatuarte acá una frase que diga "Inserte su verga aquí" y una flecha que apunte hacia abajo.

Él siguió bombeando, pero nosotros nos quedamos mirándonos unos a otros, sin asumir el chiste como bueno.

- ¿Por qué? -preguntó Thiaguito- ¿Alguien que no fuera yo usaría mi culo para otra cosa?

- Capaz que te cruzás con uno que no sabe cómo culearte. -aportó Sony.

- ¡Ay, por dios! -me quejé yo- Si se le para y no sabe cómo usarla, no merece tener un culo a su disposición.

- Salvo que sea un niño bonito pero demasiado inexperto... -dijo Thiago- Aunque en ese caso iría preso.

- Mejor tatuate en la frente "Soy fácil", con tinta rosa. -bromeo.

- ¿Es necesario? -retruca Sony- A esta puta y a mí se nos nota en la cara. Lo redundante me la seca.

Obvio que, a estas alturas, el único que seguía cogiendo era Fede (todavía obnubilado por el chongazo de los tatuajes) pero sin participación del dueño de las nalgas que estaba penetrando. Entre chanza y chanza, los tres esperamos el gran final, que consistió en una tremenda explosión de semen, llegando a salpicar los rostros de los tres chistosos que contemplábamos la escena.

- Ustedes ríanse todo lo que quieran, pero el día menos pensado me aparezco acá con un tatuaje en la chota que diga "Si vas a hablar pelotudeces, mejor tragátela hasta las bolas".

- ¡Uy! ¡Qué mala onda! -le respondo riendo.

Y Fede me contesta:

- Estoy infectado de simpatía pero soy asintomático.

Después todo derivó en una larga y divertida polémica acerca de si los tatuajes sí o los tatuajes no, que me abstengo de reproducir porque me da mucha paja y además porque no tengo tanta buena memoria, aunque sus conclusiones se resumen en este artículo.

Yo estoy en contra de cualquier tipo de maltrato a la piel. He visto cuerpos maravillosos cubrirse de tinta en nombre de una supuesta estética invasiva y distractiva. En general, los tatuajes me disgustan, a muchos los tolero, pero también hay varios que me distraen y, en vez de disfrutar al chongo, se me da por leerlo. Si sos pasivo, desaconsejo cualquier tipo de inscripción en la espalda. A lo sumo algún motivo abstracto que no necesite de mucha concentración para asimilarlo. Alguna vez se me ha dormido el pene tratando de descifrar la letra gótica. Y eso en un profesional es imperdonable. 

              

              

              

              

              

              

              

              

              

              

             

              

              

              

              

Por lo pronto, queda claro que en esta casa (cuando estamos en vena) la pasamos bien. Y casi siempre hay garche de por medio.

No nos envidien: todo es cuestión de actitud... y de juntarse de a muchos. ¡Tú puedes!