El puritanismo estadounidense tiene una marcada tendencia hacia el martirio. Es por eso que, en la noche previa a la Navidad, los niños deben esperar hasta la mañana para abrir sus regalos. Y algunos intentan hacer trampas en la madrugada, juas. Hoy les traemos una tierna historia de trampas, chantajes y placeres. Pasen y vean.
Los protagonistas de hoy son dos chicos que (aunque ya están algo crecidos) nos vienen deleitando con sus aventuras sexuales desde que eran tiernos adolescentes casi al borde de la legalidad, juas.
Avery no pudo aguantar la necesidad de tener YA su regalo navideño y, en mitad de la noche, cuando se suponía que todos en la casa estarían durmiendo profundamente, se escurrió bajo el árbol de Navidad para buscar su obsequio. Sin embargo, parece que no era el único despierto a esa hora y supongo que tampoco el único que intentaba saltearse los protocolos de la tradición. El rubio Julian lo sorprende con las manos en la masa y amenaza con denunciarlo. Si Avery quiere salir limpio del asunto, tendrá que dar algo a cambio. Por fortuna, ambos son chicos abiertos a la negociación. Julian propone llenar el calcetín de Avery con su bastón de caramelo y Avery no imagina una mejor resolución para el conflicto, juas. Obvio que ninguno de los dos se contentará con llenar tan solo un calcetín y, al finalizar la película, ambos se hallarán cubiertos por una sustancia blanca, como si hubiera nevado, juas.
Yo personalmente ya empiezo a estar un poquito empalagado con el tema de los polvetes navideños, pero bueno... La verdad, esque los dos flaquitos vergones lo han hecho bien. No se puede uno quejar jajaja.
ResponderBorrarBesitosss !!!
Hmmm... Yo también quiero "polvorones" como esos. És Navidad y tocan polvorones...
ResponderBorrarUn abrazo.