Desde que lo vi por primera vez, en el episodio del Cazador 138, supe que Tony Conrad se convertiría en uno de mis actores porno preferidos. Y en compañía de Nick Vargas efectivamente se prende fuego la pantalla. Pasen y vean.
Me acusarán de romántico pero el mío fue amor a primera vista. Todavía era un pendejito que apenas estaba aprendiendo a chupar la pija y, sin embargo, ya se notaba que le iba a poner empeño a su carrera y llegaría a ser uno de los culos más cotizados del porno gay europeo. Con el tiempo, mis predicciones se cumplieron y hoy Tony Conrad (también conocido como Luky Svit, Elias Cooley o Denis Rizzo) tiene uno de los físicos más estilizados y hermosos de toda la Europa del Este y alrededores. Además, sabe usarlo como un verdadero profesional y trato de no perderme ninguna de sus apariciones frente a la cámara.
Esta vez lo vamos a ver junto al más petiso de los hermanos Vargas (o Zuska o Bellucci, según sea la productora que contrate a la fraternal dupla) y el resultado es verdaderamente electrizante.
Cualquiera que vea a Nick Vargas puede rápidamente deducir que pasa gran parte de su tiempo internado en un gimnasio. Lo mismo puede decirse de Tony, a quien basta comparar con el mozalbete que debutara en el porno allá por el 2014 para notar el gran progreso físico que ha desarrollado. Sin dudas, ambos se encuentran en la cima de su belleza juvenil y ponen todo su atractivo a nuestro servicio. Esta escena que se inicia con un ritual de lucha libre es, de principio a fin, un deleite para la vista y una fuente de energía para la entrepierna. Por más que uno puede intuir cuál será el rol de cada quien, tanto manoseo y tanto roce por momentos hace dudar. Incluso el hecho de que ambas bocas se llenan de pija es una señal de confusión para los espectadores más avezados al momento de sacudírsela. No obstante, no era la idea del director John Smith (gloria mítica del sello Staxus) innovar en ese aspecto (loado sea Dior). Es que soy de los que prefieren ver que Tony entrega la retaguardia. Tampoco es que me queje cuando le toca enterrar el chorizo, pero, si me dan a elegir, prefiero la primera opción.
En este caso mis expectativas no se ven defraudadas y el bello ojete de Tony se abre ante nuestros ojos para protagonizar un video memorable.
Y lo de la belleza de su hoyito no es solo una metáfora. Cuando llegue el momento, tendrán oportunidad de admirar la perfección de ese ano, redondito y rosado, que me genera una envidia irrefrenable hacia Nick Vargas y todos los demás hombres que han tocado el cielo penetrándolo.
Me parece que nunca lo he hecho con el cuerpo entero untado de aceite... Tengo que probarlo, debe ser un mundo de sensaciones distintas...
ResponderBorrarUn abrazo.
WOWWWWWWW !!! Calentito calentito. Un video de sobresaliente. Que pena que no hay habido intercambio de roles, eso ya hubiera sido el sumun jajaja.
ResponderBorrarBesitosss !!!